Nos despedimos de ese mes tan bonito, el mes del amor, febrero. Pero desde inditonina os mandamos una pregunta, ¿qué es el amor? En nuestro caso, no somos muy compatibles con el amor ni con los mejores ritos brujescos lo conseguimos, pero de lo que sí entendemos es de conexiones nerviosas y hormonas. Eso es básicamente el amor, un cortocircuito en la cabeza que nos hace sentir cosas cotidianas de la manera más intensa, como bien nos dice Koel en su canción “Sentidos”.
Así que si quereis saber un poco sobre el porqué de esas cosas tan raras e intensas que recorren tu cuerpo cuando ves a tu chatín, quédate, que la Dra. Inditonina te va a hacer una consulta de lo más actualizada.
El amor se define como “una experiencia afectiva conformada por un conjunto de variables muy concretas: necesidad de vincularnos a alguien, necesidades de intimidad, pasión, sexualidad…” según el punto de vista de la psicología de lamenteesparavillosa.com. Nosotros que somos personas que si no es través de la música no sabemos comunicarnos, gracias a este temazo de Maria Arnal i Marcel Bagés, “Tú Que Vienes A Rondarme“, conseguimos entender esa serie de emociones desasosegadas que recorren nuestro cuerpo cuando vemos a esa persona tan amada:
Pero lo más importante de este tema es ¿qué le sucede a mi cerebro para sentir esas cosas? Cuando estamos cerca de un estimulo (en este caso sería nuestro amorcín o como lo queramos llamar) se activan una serie de mecanismos que llevamos heredando de generación en generación y nos hace ponernos tan tontos. ¿Y cuáles son estos mecanismos? Bien, la Dra. Inditonina te guiará a través de este post para que sepas que cuando Supersubmarina canta su famoso “como un impulso eléctrico” tiene una base científica.
¿De qué está formado ese “impulso eléctrico” que nos recorre por dentro cada vez que vemos a nuestro crush? Bien, hay muchos neurotransmisores y hormonas que nos afectan, pero nos vamos a quedar con los principales: oxitocina, serotonina, dopamina y noradrenalina. Os suenan, ¿verdad? Pues la razón es porque el mundo musical está lleno, llenísimo de referencias acerca de todo lo que pasa en nuestro cerebro cuando nos enamoramos, y desde aquí os vamos a destripar que sucede exactamente.
La primera de todas es nuestra querida oxitocina. Hay muchísimas canciones que nos hablan de esta hormona entre ellas Oxitocina de Chica Sobresalto o la homónima de Guillem Roma (en esta ocasión en catalán, para ser bilingües), y si seguimos podemos encontrar infinidad de referencias a esta. Pues sí chicos, ni meditación ni autocuidado ni otra cosa, oxitocina es la clave (y no, no se vende como droga porque se deshace nada más entrar al cuerpo y no tiene efectos, ya pregunté a un profesor -_-), lo más parecido a meterla en el cuerpo es tomar chocolate porque este es capaz de liberarla y hacernos sentir bien, es por eso que vemos tanta referencia al chocolate tanto en el amor (Chocolate y Nata de Carlos Sadness) como el desamor (típicos helados de chocolate tras una ruptura). Si nos ponemos a describir lo que hace en nuestro cuerpo, no terminamos (hasta ayuda en el parto para sacar a la criatura) pero su principal función es la de liberar el resto de neurotransmisores (serotonina, dopamina, noradrenalina) y hormonas de “la felicidad” para hacernos sentir felices 😀 (es decir, que abre las puertas del torbellino de emociones que sentimos en el amor).
Luego encontramos la serotonina (no quiero que parezca que tengo favoritismos, pero es el mejor neurotransmisor del cuerpo), mejor conocida como hormona de la felicidad (algunos autores usan neurotransmisor y hormona como sinónimos, no vamos a ser menos que algunos autores). Este neurotransmisor se encarga de mantener nuestro estado de ánimo, cuando nos falla es cuando se desarrolla la temida depresión, ansiedad y distintos trastornos mentales como TOC o trastorno de la personalidad (siempre junto a más desajustes muchos más complejos). Esta es la causa de que estemos tan felices cuando estamos con nuestro crush y de que nos pongamos tan tristes cuando nos alejamos para siempre de él o ella. Encontramos muchas referencias en la música como el gran tema de Manel “Serotonina” (en catalán), hace referencias a esos momentos en los que nos volvemos tontos de tanta felicidad que nos recorre por dentro.
Seguimos con la dopamina, aquella droga más relacionada con las adicciones a juegos, sustancias de abuso o amor. Cada vez que suena tu teléfono con un like, ¿no sientes una sensación muy placentera? bien, pues es gracias a la dopamina. Es así por lo que cada vez que interactúas con tu chatín sientes lo mismo que cuando recibes un like, un comentario o incluso un WhatsApp. Cada vez que secretas dopamina el sistema dopaminérgico de tu cerebro se activa y le dice a las áreas del placer que hagan su función, y como nos gusta más el placer que a un tonto un lápiz, seguimos buscando el placer a todas horas, un motivo más para ser tan adictos al amor. No todo son buenas noticias, cuando dejamos de darle al cerebro su querida sustancia adictiva caemos en un estado de necesidad y obsesión, lo que podemos denominar “el mono”. Veintiuno tiene una canción que nos viene perfectamente para explicar que es lo que siente nuestro cuerpo cuando secretamos dopamina, pero lo que más nos llama la atención es cuando cantan: “Ha regresado aquel olor dopamina, tal vez nos mate, pero sabe a pura vida, a pura vida“, ya predice el futuro de esa abstinencia que sentirá nuestro cuerpo cuando todo termina (la verdad que un poco más de optimismo no les iría nada mal a nuestros chicos).
Y ya os dejamos de dar la chapa con químicos y leches en vinagre con otra de nuestras favoritas la noradrenalina (una vez la conoces y controlas es majísima, sino una loca impredecible). Si habéis visto alguna de las tantas series de médicos la famosa frase de “200 mg de adrenalina, ¡rápido!”, bien, pues es la molécula previa a la adrenalina, pero hacen casi lo mismo en el cuerpo. Este neurotransmisor es secretado por es sistema nervioso simpático, ¿quién es este señor?, pues este señor es el causante del malestar cuando sentimos ansiedad: boca seca, el corazón va rápido, sientes rigidez en las musculatura, básicamente el cuerpo está preparado para el ataque. ¿Por qué aparece en el amor? Bien, porque al fin y al cabo el fin último del amor es la reproducción y preservar la especie, es por eso que es un momento de estrés y ansiedad para el cuerpo y quiere estar alerta. Así pues, no hay mejores artistas que nos describan esa sensación tan bonita de manos sudorosas, rubor y todo lo que conllevan los primeros encuentro con el chatín que Delafé y Delaporte con “Adrenalina“
Pero como bien sabemos todos, no todo es de color de rosa. Tras sentir todo éxtasis en nuestro cuerpo viene la parte dura, el corazón roto, el duelo y el dolor. Nuestro cuerpo siente el mono de querer estar siempre en ese nivel de intensidad que tanto le gusta, pero de repente se lo quitamos (como si a un heroinómano le quitas su drogas) y nos volvemos un remolino de caos y sufrimiento.
Como bien es sabido estamos pasando por un duelo, hemos perdido a alguien importante a nivel sentimental, pero a nivel neurológico nuestro estimulante no está, así que debemos de acostumbrarlo a sus nuevos niveles homonales (es por eso que la famosa frase de “el tiempo lo cura todo” es verdad, necesitamos que se acomode todo a la nueva situación).
Primeramente pasamos por las típicas fases de duelo: 1 negación y aislamiento, 2 ira, 3 negociación, 4 depresión y 5 aceptación. Cada uno las vive a su forma y no siempre tiene porqué seguir una misma secuencia. Puedes pasar varias veces por la misma fase, eso sí, siempre terminamos con aceptación y dándonos cuenta de que la respuesta la tenemos dentro de nosotros y no nos hace falta una pareja para sentir esa “felicidad” que, si no viene de dentro, pocas veces es ser feliz y es más bien estar feliz (si queréis podemos haceros un post con este tema tan interesante, dejadnos la respuesta en los comentarios). Rozalén nos demuestra con su canción “Y busqué“, una canción sobre el amor propio y lo duro que es ese camino y normalmente nos llega tras una ruptura muy dolorosa que hace que nuestra vida se desmorone.
Pero… ¿qué sucede dentro de nuestra cabecita en cada fase? Bien, la neurociencia nos acompaña para resolver nuestras dudas. Nos centraremos en la ira y la depresión que sentimos, porque el resto de facetas son un intermediario entre estas dos.
Primeramente, ese cabreo que sentimos, esa sensación de no creer la realidad y no aceptarla. Empieza con una sensación de nerviosismo, de sudoración, se nos hinchan las venas del cuello, el corazón va más rápido y eso se debe a las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina, igual que en el enamoramiento, como cambia la cosa de cuando van buenas y cuando van a malas, eh). Estas hormonas preparan al cuerpo para huir o atacar ante un estímulo, pero si continúan mucho tiempo ya tienen una gran repercusión cerebral, ¿sabéis a quién sobreexcitan? A mi queridísima amígdala (en serio, es super maja).
Y os presentamos a la amigdala (que no las amígdalas de la garganta, esas nos protegen frente a los bichos), esta es un conjunto de neuronas en el cerebro que tiene un montón de conexiones y controla muchísimas cosas, pero lo más importante que a través de ella se procesan las emociones. Es por eso que si se sobre estimula sucede el famosos “secuestro amígdalar“, ese momento en el que no atendemos a la razón y nos dejamos llevar por los impulsos más primitivos: la violencia, los insultos, las agresiones… Un claro ejemplo de ira lo podemos ver reflejado en la canción de Casero “Cuanto Más“
Lo que nos lleva a tener esos pensamientos tan rabiosos que nos expresa Casero es la continua estimulación de la amígdala que abre conexiones que pensábamos que no estaban. El más puro odio y rencor sale en estos momentos y nos llevan a hacer y decir cosas de las que, cuando nuestro cerebro vuelve a tomar el control, nos arrepentimos.
Y el segundo asunto a abordar es ese dolor tan fuerte que sentimos (¿por qué duele el desamor?) en esa depresión tan fuerte en la que caemos. Primero, debemos comprender que los procesos depresivos se caracterizan por un decaimiento de dopamina y serotonina en el cerebro, según sea una u otra tendremos un tipo u otro de depresión (por eso unas personas duermen más, otras engordan, otras adelgazan, hay muchos factores). Bien, pues cuando nos rompen el corazón experimentamos una mini depresión (que se puede extender a depresión si no sabemos gestionarla bien, pedid ayuda siempre que la necesitéis, no os avergoncéis, por favor), porque estábamos acostumbrados a unos niveles de oxitocina, dopamina, serotonina y noradrenalina. Eso nos lleva a sentimientos tan profundos como los que nos comparte Kevin Kaarl con su tema “Cuando te vayas“, en el que describe cuando dejamos de encontrar placenteras las cosas que antes nos gustaban y tenemos que reajustar toda nuestra vida.
Y ahora, ya por último, venimos a desmentir o afirmar el famoso mito de “el corazón roto“. ¿Existe? ¿Verdaderamente se nos rompe el corazón con una ruptura amorosa? y la respuesta es sí. Según la revista Journal of American Society of Echocardiography el “Síndrome del corazón roto” o “Miocardiopatía de Takotsubo” es una realidad y sucede cuando el corazón está sometido a un gran estrés ya sea emocional o físico que llevan al músculo a que sufra unas microrroturas, que en principio no son graves y no conllevan ninguna complicación, pero que en casos muy graves sí pueden evolucionar a una cardiopatía más severa. Así que tened cuidado con lo que sentís y a quién confiáis vuestros sentimientos, que no queremos acabar en las puertas de urgencias.
Y con esto y un bizcocho os hemos hecho un mega resumen de todo lo que nos pasa en el cerebro cuando nos enamoramos y nos desenamoramos ( 😦 ), muy interesante. Sabéis que nos tenéis a vuestra disposición para preguntar dudas, crear debates y decirnos si hemos puesto algo mal o nos falta algo, ya sabéis que si son criticas constructivas os las aceptamos).
Y ya por ultimísimo, la playlist con todos los temas de los que hemos ido hablando, pero un último tema para daros ánimos, porque las cosas se superan y todo lo malo (y lo bueno) pasa como nos dice nuestro Guitarrica querido en “Ya mi mama me decía“, somos capaces de superarlo todo. ¡Ánimo y mucho amor y felicidad! Gracias por leernos y formar parte de esta pequeña familia.
[…] aborágine de deseo y mejora? Porque somos yonkis de la dopamina, y aunque ya la hemos explicado en otros artículos os la recordamos, que como un buenísimo profesor que he tenido dice: “de la repetición nace […]
LikeLike